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Angela Morales Guarch

Empatía

 

¿Has sentido y llorado alguna vez por el dolor y el sufrimiento ajeno? ¿Has reído y compartido la felicidad de alguien?

El reconocimiento de una emoción es la empatía, que consiste en saber cómo se siente otra persona. Pero no es lo mismo saber lo que otra persona está sintiendo que sentirlo.

Una persona puede ver sufrir a otra y, sin embargo, no sentir que está sufriendo. Es imposible saber que alguien está sufriendo si no tenemos el suficiente reconocimiento de la emoción. Sin embargo, el hecho de que yo reconozca su sufrimiento no necesariamente implica que me torne compasivo. Saber lo que siente otra persona no significa necesariamente que luego vaya a ayudarle.

Por tanto, la empatía tiene dos componentes, uno cognitivo, que sería la capacidad para comprender al otro y ponerse en su lugar a partir de lo que se observa, y otro componente emocional, es decir, compartir su estado emocional (tristeza, ansiedad, alegría…).

La empatía tiene un papel importante en la supervivencia, ya que ésta depende de la capacidad para funcionar de una manera óptima dentro de la sociedad, forma parte de nuestra inteligencia emocional. Hay personas empáticas y personas no empáticas.

La explicación neurofisiológica de la empatía se debe a las neuronas espejo,  que son una clase de neuronas que se activan cuando un animal o persona ejecuta una acción y cuando observa esa misma acción al ser ejecutada por otro individuo, es decir, que las neuronas imitan “reflejando” la acción del otro, así el observador está él mismo realizando la acción del observado, de ahí el nombre de “espejo”.

Las neuronas espejo se ubican en el área F5 en la corteza frontal inferior del cerebro. Son las células encargadas de hacernos bostezar cuando una persona bosteza o de imitar un gesto sin saber por qué de alguien cercano a nosotros, como la risa contagiosa.

Las neuronas espejo se activan desde el nacimiento, así los bebés pueden imitar los movimientos de los adultos e ir aprendiendo, por tanto, son la base de la capacidad innata de la imitación, base del aprendizaje.

El autismo o la esquizofrenia son una carencia de empatía, por tanto un déficit de neuronas espejo. El especialista Vilayanur Ramachandran ha llegado a afirmar: "El descubrimiento de las neuronas espejo hará por la psicología lo que el ADN por la biología".

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