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Miquel Beltran i Carreté

La educación integral: llegó la hora...

 

Voy procesando poco a poco todo lo vivido durante el fin de semana del Congreso “Fortaleciendo las competencias en Educación Infantil” pero creo va siendo hora de expresar mis primeras conclusiones.

 

De entrada debo decir que aprendí muchísimo. El hecho de poder asistir como oyente a todas las ponencias y la posibilidad de mezclarme entre los congresistas para escuchar sus impresiones me facilitó poder a la vez esquematizar la esencia de diversos mensajes interesantísimos de conferenciantes muy preparados y de temas muy diferentes y a la vez medir los efectos en algunos de los receptores presentes.

 

De un lado proyectos, estudios, realidades, ideas, ..., todos y cada uno innovadores y muy dignos de ser valorados. Del otro las maestras, algún que otro maestro, directores/ras de colegios, ..., la gente del día a día, protagonistas de la tutoría infantil...

 

Yo tuve la suerte de poder sentirme en los dos lados: por un lado era ponente y por el otro podía escuchar como maestro especialista y protagonista activo, les recuerdo que este curso soy tutor de un grupo de 3 años, de las dinámicas que se trataban.

El penúltimo día estaba paseando por fuera de la sala, en un intermedio, y escuché el comentario de una maestra a otra que me hizo parar y entablar conversación con ellas: “Me encanta lo que ha propuesto. muy bonito. Pero yo tengo treinta alumnos y me sale el trabajo de... ¿Cuando puedo plantearme hacer eso? ¿Cómo?”

 

¿Saben? Me dio mucho que pensar: realmente el día a día de un tutor es tan intenso... Les voy a hacer una comparación que me parece puede ser muy ilustrativa:

 

Supongan que cada clase es un pequeño restaurante al cual cada día entran 25 pequeños comensales. Generalmente podríamos decir que el tutor o la tutora vendría a ser el cocinero, el maitre, el camarero, el ... Cada día el menú debe ser diferente y no implica de ninguna manera una sola comida... ¡Que va! El primer desayuno, el segundo, ..., el aperitivo, el pica a pica, la comida con un primer plato, con... ¿Sigo? Como cocinero el tutor tiene dos opciones: cocinarlo absolutamente todo o mandar comprar a una empresa de catering llamada editorial una parte de lo que se servirá... ¡Cuidado! He dicho una parte... ¿Y luego? No basta con preparar y servir, ¿verdad? Después hay que escribir en un libro de recetas todo, y más: ingredientes, platos, aperitivos, postres, vitaminas que aportaron, las que no, como fue cada digestión... ¿Y ya está? Bueno, si no queréis no hablamos de los comensales: “¡Este plato no me gusta!”, “Profe, Luís se hizo pipí en la silla”, “Carolina, no puedes comer macarrones saltando a la conga...” ... Y claro, también habrá que reunirse con los que llevan los restaurantes más próximos, hablar con los responsables de nuestros particulares comensales, tener contento al Inspector de “Sanidad”, etc.

 

Y uno se pregunta: con todo esto está claro que intentamos dar de comer pero, ¿en verdad no acabamos sirviendo el mismo menú para todos? ¿Alguien cree que además podemos enseñar a comer? ¿Alguien...?

 

Y entonces el tutor o la tutora asistimos a un Seminario, a un cursillo, a un Congreso... Y disfrutamos, es verdad, pero tantas veces, tantas, nos quedamos al salir con la impresión de haber asistido a una proyección de “cine”... Un sueño más...

 

Cuando terminé mi ponencia se acercaron a la mesa diferentes personas. Una de ellas lo primero que me dijo, y les juro que me dio la impresión de hablar muy en serio, fue: ¿Y dónde está esa Escuela de la Alegría? ¿Se dan cuenta de por dónde voy? Estuve 80 minutos presentando un nuevo concepto de Educación y 10 minutos poniendo ejemplos muy prácticos de como desarrollar temas concretos... Me consta que mi idea emocionó, pero, pero, pero, ... “Yo tengo una clase con 30 alumnos y...” Al salir de la sala se acercó a mí una mujer y, emocionada, me dijo: “¡Eres el último romántico!”... Por otro lado, si valoro lo poco práctico presentado, esta misma semana se acercó a mí una compañera y me sorprendió: “Oye, hoy he probado aquello de castigar la silla y...”

 

¿Y? Para quienes no tienen tiempo una idea puede ser muy hermosa, pero si no va acompañada de un guión completísimo de ejecución esa idea se archivará en el armario de los sueños...

 

Volvamos al restaurante, ¿sí? Llaman a la puerta y nos dicen: “Mire usted, hemos pensado le gustaría trabajar el tema de la “Solidaridad” y traemos una bandeja con pastitas para celebrar el “Día de la Paz”... “¡Bieeeen!”. “Niños, mañana...” Vale, encantador, ¿pero alguien cree de verdad que así se forma una conciencia “solidaria”? Toc, toc,... Le traemos un libro de recetas con 20 platos para alimentar el trabajo en la Educación Emocional en Educación Infantil... “¡Bieeeen!” “¿Bieeeen?”

 

Bueno... ¡Buenooo! Ahora alguien me dirá: “Te estás pasando. Es muy fácil criticar, pero...” Pero. ¿por qué no propongo una alternativa? Estoy en ello, ¿no se dan cuenta?

 

Lo primero que voy a hacer ahora mismo es aprovechar la referencia al restaurante para marcar un poco el fin, el lugar a donde creo debemos pretender llegar... Yo pienso que ese pluriempleo del tutor no hace más que dañar su potencial más rico e interesante: precisamente el que su descripción indica, ser tutor. ¿Dónde debe situarse realmente el tutor? Está más que claro: sentado alrededor de una gran mesa, o en el suelo, si queréis, con sus alumnos: presentando y mostrando platos, distribuyendo según las necesidades, comiendo como un comensal más, enseñando a comer, disfrutando, sí, ¡disfrutando!... Luego creo que me basta una sola cuestión para cerrar la comparación: ¡Debe ese restaurante seguir programando un menú diario cerrado o...? O..., evidentemente. En verdad no se trata de pretender un buffet libre para cada día... Hay que programarse, pero siempre de forma muy abierta, valorando que trabajamos en un ciclo que así lo requiere, diversa, pues eso tenemos en la mesa, y... fácil... ¡Aaaah! Les sorprendí, ¿verdad? Ahí reside gran parte del secreto... Ahí, sí, en la despensa... ¿Que me dirían si les propongo un sistema para poder programar rápida y eficazmente todo un trimestre del Área de Educación por la Paz, con actividades para cada semana y con un modo de operar que les facilite obtener la programación completa que les van a requerir (objetivos, competencias, evaluación, refuerzo, etc.) solo con darle al enter? Firman, ¿verdad? Pues eso es posible, hoy en día resulta factible... Sería posible, suponiendo que cada curso tiene unas 30 semanas, ofreciendo 90 actividades para todo el ciclo. Pero creo debemos ir más lejos, mi idea pasa por ofrecer a los tutores un programa renovable cada año con 300, 500, ¿1000?, posibilidades repartidas en diferentes archivos según el tema o la forma de tratarlo (ecología, diversidad cultural, ... / imagen con texto, sin texto, canciones, videos, poesías, cuentos ...). Cada escuela, cada nivel, cada curso, cada tutor podrán disponer para adaptar la programación del área a sus necesidades e intereses. Una vez seleccionadas las actividades el programa puede facilitar ponerlas en los horarios semanales de programación, imprimir dentro de una propuesta de fichas diferentes e imprimir el listado de actividades con el formato y los requisitos que la Administración nos exige... Y lo mismo podemos hacer con la Educación Emocional, la de Hábitos y Actitudes, la de Imaginar es Crear, la del Desarrollo de las Capacidades Intelectuales, la de Aprendo a Investigar... ¿Las demás? Está clarísimo, ¿verdad? También se podría... Lenguaje verbal, matemático, musical, plástico, educación psicomotriz y sensorial, ...

 

No es imposible, se lo aseguro. Tan sólo es necesario que de una vez por todas todo en el Sistema Educativo se enfoque para asistir al tutor como merece, para sacarle de encima responsabilidades y facilitarle que haga en condiciones lo más importante que puede hacer. Sobre ese tema hay muchas consideraciones a hacer y seguro que merecerá en un futuro volvamos a tratarlo.

 

Ahora voy a enfocar ya aquello que de entrada me motivó a iniciar este post: Llegó el momento... No se lo digo, se lo afirmo. Todos los indicadores apuntan a una necesidad urgentísima de darle un lavado integral a la Educación. Pero ese cambio me consta no lo van a iniciar desde la política. ¿No quieren? Yo más bien diría que no saben más... Debemos ser los maestros los que les mostremos el camino. Por eso estoy escribiendo y para eso les invito a leer con mucha atención hasta el final.

 

Yo entiendo la Educación, tal como la he vivido primero como niño y luego como maestro, como un edificio muy alto, de muchos pisos, muchísimos. La figura ideal para describir lo que quiero sería un rascacielos. En cada piso áreas, contenidos, niveles y retos a superar. Arriba de todo el mirador que todos anhelaríamos para nuestros hijos: la universidad. Y he usado la palabra mirador pues considero que en la mente de la mayoría de gente está la seguridad de que los que consigan llegar tendrán asegurado un futuro mejor... No opinaré al respecto pues aún habría algún desaprensivo que podría decir que promulgo una educación que no pretende tener continuidad hasta el final... Nada más lejos, aunque mi “final” pretenda ser otro...

 

Bien, seguimos... ¿Cuáles son para mí los cuatro grandes errores que han provocado que este rascacielos este tambaleándose de una forma muy preocupante? En primer lugar lo que se ha pretendido ofrecer en los muy distintos niveles y pisos: contenidos culturales, científicos, ..., pero muy minoritariamente, por no decir nada, humanísticos y emocionales. En segundo lugar se ha considerado la motivación como un equipaje que los niños “deben” llevar (la etiqueta de “vago” al que no la lleva está tan extendida...) y nunca como algo que hay que conseguir. En tercer lugar eso de que los aprendizajes deben ser placenteros resulta extraterrestre... El niño debe esforzarse, calladito, sentadito, seguir trabajando en casa, ... Y en cuarto lugar yo pondría, aunque a algunos les pueda molestar, la soledad del “escalador”... Sí, aquí jugué con la palabra para darle un doble sentido: el de tener que llevar a cabo una escalada impresionante con tus propias fuerzas y capacidades y el de tener que subir tropecientos mil escalones, con el desgaste que eso supone, pues a nadie se le ocurrió poner un ascensor o construir un edificio más bajo...

 

¿Un edificio más bajo? ¿Y ahora qué dice éste? Fíjense en ese rascacielos... ¿Lo ven? ¿Cuántas columnas lo sostienen de verdad? Cuidado... Dije “de verdad”... ¿El Sistema? ¿La administración? ¿Los claustros de profesores? ¿Los tutores? ¿Las familias? ¿Las clases particulares? ¿Los alumnos? Si lo tienen claro ruego me escriban pues yo empecé a buscar la respuesta y no la encuentro...

 

Creo muy sinceramente que cualquier cambio que no suponga reedificar con otras estructuras va a fracasar. Seguidamente les voy a proponer, siguiendo con el símil del edificio, una idea que bien podría servir como base para empezar a trabajar en esa Escuela de la Alegría o, si lo prefieren, Educación Integral...

 

Voy a ser muy escueto en la descripción de cada apartado. Tiempo habrá... Pero si les apunto de entrada es que estoy pensando en una estructura ampliamente intercomunicada y que de ninguna forma hay que entender que la separación de campos como columnas o pisos implica que unos u otros sean menos importantes o deban trabajarse menos.

 

 

LA ESCUELA DE LA ALEGRÍA / EDUCACIÓN INTEGRAL:

 

Las Columnas que deben sostener la escuela / la educación:

 

I. La Acción Tutorial: Conviene desarrollar un Código Deontológico (aunque suene mal así lo pienso...) y facilitar estrategias y recursos para cambiar un “chip” demasiado extendido: el tutor no es una caja de saber que ofrece y vigila para que quienes lo recojan puedan trabajar... De entrada yo avanzaría tres conceptos clave para una correcta Acción Tutorial: Rol de Guía, Vínculos Afectivos y Autoridad (asumida por el grupo).

 

II. El Espíritu de Equipo (Dream Team): Perdonen lo de Dream Team pero esa es mi idea: el grupo deber ser y sentirse un equipo ganador, las cohesiones internas y la calidad de los vínculos afectivos son importantísimas, el considerar que todos y cada uno de los alumnos son igual de importantes, el deseo grupal de funcionar y triunfar, ... Ahí la figura del tutor sería equiparable a la del entrenador. Creo es muy importante crear un archivo de recursos y estrategias para conseguir que ese campo sea óptimo.

 

III. Educación Hábitos y Actitudes: escolares, de higiene, sanitarios, sociales, de seguridad, cívicos, ... Se trata de un campo amplísimo y muy importante que debe tener su espacio.

 

IV. Educación de los Valores / Educación por la Paz: solidaridad, convivencia, ecología, paz, ... Tal como va el mundo, ¿aun queda alguien que dude de la importancia de trabajar en este campo?

 

V. Educación Emocional: Conseguir la seguridad y equilibrio emocional de todos los alumnos es un reto básico si realmente queremos que evolucionen positivamente y aprendan según sus posibilidades. Educar los Sentimientos y las Emociones viene a ser uno de los más grandes retos de la Escuela del Futuro.

 

VI. El Desarrollo Intelectual: Si queremos que un atleta gane una carrera de los 100 metros debemos entrenar y potenciar su musculatura, la respiración, el sprint, sus expectativas, ... ¿Cómo no va a ser importantísimo trabajar con nuestros alumnos sus capacidades intelectuales? La memoria, la lógica, la visualización interna, ... No debemos olvidar aquí, aunque en otros campos lo contemplemos, la Teoría de las Inteligencias Múltiples.

 

VII. El Desarrollo Psicomotriz y Sensorial: Creo sinceramente que este “desarrollo” hay que enfocarlo como “campo” y no como “área”. Ment sana in corpore sano, recuerden. Además, pienso resulta muy importante para desarrollar esa Educación Integral se de un trabajo estructurado y amplio de las capacidades sensoriales.

 

VIII. La Construcción de los Aprendizajes: ¿Podríamos introducir aquí el trabajo por proyectos? Yo creo que sí, pero con dos consideraciones claras: no debe ser exclusivo, pues debe haber otras formas de mostrar y trabajar las formas que el aprendizaje puede conllevar; y no debe cerrarse como me consta suele pasar al Descubrimiento del Entorno. ¿No creen que se puede trabajar un proyecto sobre “el miedo”? ¿Organizamos una obra de teatro? Además, debemos ser conscientes que hay multitud de aprendizajes que se pueden analizar sin necesidad de largos proyectos: la coordinación psicomotriz en un salto de altura, la mezcla de colores en un trabajo plástico, las formas de pedir perdón, etc.

 

IX. Bases Relacionales: en la formación de la persona hay tres campos relacionales esenciales que deben trabajarse de forma estructurada: la relación con uno mismo, la relación con el entorno natural y la relación con los demás (entornos sociales).

 

X. Pedagogía del Goce o Disfrute / Reír es Vivir: En el camino de una autoestima rica y positiva trabajar en este campo resultará esencial. Además, no olvidemos algo muy preocupante: la sociedad suele preparar y ofrecer estímulos externos para conseguir aquello que deberíamos llevar dentro... Esa fuerza interior, esa capacidad espontánea de disfrute debe cultivarse.

 

XI. Imaginar es Crear: la imaginación es una arma indispensable para triunfar en cualquier campo...., en todos.

 

XII. Retos y desafíos / Aprendo a Investigar – Resolver: activar, mostrar, educar, despertar la mente ante muchos y muy diversos retos relativos a todas las áreas implica una “gimnasia” que puede ser muy rentable...

 

XIII. A Debate / Aprendo a Argumentar: En el debate, en el diálogo, en argumentar y contra argumentar existen tantas connotaciones interesantes para el aprendizaje integral que estoy convencido de que situarlo como un campo educable desde los inicios va a ser una inversión muy rentable.

 

XIV. Representación de Roles / Juego Simbólico/ Teatro: La verdad dudé de si integrarlo aquí como campo o presentarlo dentro de alguna área... Pero es que llega a tocar a tantas... Y aquí me sirve el mismo argumento que en el campo anterior: ¡es tanto el beneficio que puede aportar un trabajo sistemático!

 

Los Pisos o plantas donde se deben estructurar las áreas de aprendizaje...

 

A. El Entorno Natural

B. El Entorno Social

C. Lenguaje Verbal

D. El lenguaje simbólico: Leer y escribir.

E. Lenguaje Matemático

F. Lenguaje Musical y Expresión Corporal

G. Nuevas Lenguas

H. Lenguaje Plástico

I. Nuevos Recursos y Tecnologías

 

Nota: Mi experiencia me dice que resultaría muy positivo separar en dos áreas los lenguajes verbal y simbólico. Es tanta la “obsesión” por los éxitos en el segundo campo que demasiado a menudo se come al primero. Y no debe ser así.

 

Podría ahora extenderme y mucho sobre diversas consideraciones relativas a la propuesta que acabo de plantear, pero creo es mejor dejarla de momento e invitarles a valorarla.

 

Llegó la hora. Eso creo. No me importa nada si el camino nuevo a seguir va a rotularse con mis preceptos o con otros. Sea como sea es necesario un cambio radical y ahí tienen una humilde pero yo creo que más que aceptable base.

 

Me gustaría decirles que se pueden cambiar las estructuras de arriba a abajo de golpe. Se podría, sí... Pero ahora mismo ya me parece un reto arduo conseguir que la base se movilice. La Educación Infantil, ese será mi punto de partida y ahí solo voy a intentar mover hilos de momento.

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